miércoles, 17 de febrero de 2010

CREÍAMONOS RICOS, E NON ERA CERTO

José María Carrascal, colaborador do ABC, publica hoxe un artículo, canela fina, de comenente ou case obrigada lectura.
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Pontevedra, 17.02.2010
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Entrada n. 1170 do blog.
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CREÍAMONOS RICOS, E NON ERA CERTO,
por Xesús López Fernández
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A seguido inclúo un artículo de José María Carrascal, moi didáctico, que con exemplos ben escollidos avisa de que España está entrando na fase da deflación, tal como apunta Krugman, un economista, dí con humor, que acaso non terá citado ZP no seu discurso parlamentario d´hoxe.
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Nos creíamos ricos, sin serlo
JOSÉ MARÍA CARRASCAL

Miércoles , 17-02-10
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LA noticia europea más importante no viene de Bruselas. Viene de Alemania. Bruselas se ha limitado a confirmarla, imponiendo a Grecia un durísimo plan de austeridad. Los alemanes se han cansado de pagar las deudas ajenas y han dicho a los europeos que gastan más de lo que tienen, que no se lo carguen en su cuenta, que lo paguen ellos. Y si no pueden pagarlo, que se aprieten el cinturón. Voy a explicárselo con un ejemplo, que es como mejor se entienden las cosas: los alemanes rechazan que, después de haber subido su edad de jubilación a los 67 años para cuadrar sus cuentas, los griegos puedan seguir jubilándose con 63. Si pensamos que Alemania ha venido siendo la «pagana» de la Comunidad Europea, comprenderán que estamos ante un vuelco copernicano. En adelante, cada palo aguantará su vela. Es lo que han dicho los ministros de economía a Grecia: si quieres que te ayudemos, empieza por ayudarte a ti misma. Y lo que sirve para Grecia sirve para todos los que vienen gastando más de lo que tienen, España entre ellos.
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Las culpas, como apunta Paul Krugman en su último artículo, la tiene el euro. Sí, ese euro que saludamos con alborozo y ha caído sobre nosotros como un mazo. Ya que tenía el respaldo de monedas fuertes, el marco alemán en especial, fue desde el principio una moneda «dura», que competía incluso con el dólar. Lo malo fue que los países con monedas débiles, los mediterráneos principalmente, al verse con una moneda fuerte, empezaron a gastar como si sus economías lo fueran. Nos creíamos ricos, y no lo éramos. Empezamos a viajar por el mundo, a comprarnos un segundo apartamento, a cambiar de coche cada pocos años, a vivir, en fin, como los alemanes, sin que nuestra economía, industria, productividad fuesen la alemana, lo que nos ha endeudado hasta las cejas. En los tiempos de las monedas nacionales, eso se arreglaba con una devaluación, que ponía a cada país en su sitio, advirtiendo a sus ciudadanos que no podían ir a Nueva York y encontrarlo todo, gracias al euro, más barato que en casa, como ha venido ocurriendo los últimos años.
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Pero los alemanes, principales valedores del euro, han dicho que eso se acabó, que ellos no pagan más facturas ajenas y que, en adelante, cada cual tendrá que pagar las suyas. Grecia ha sido la primera que sufre el varapalo, por ser la que más había pecado, llegando a falsificar sus cuentas. A España, si no quiere que le pase lo mismo, «le espera un lento y doloroso proceso de deflación», según Krugman, el hasta ahora economista favorito de Zapatero. ¿Le citará en el debate de hoy? Pues ya saben que «cuando las barbas de tu vecinos veas pelar...» Aunque igual nos sale con que Krugman se refería a las barbas de Rajoy, mientras se palpa las mejillas para demostrar que él sólo lleva cara.

2 comentarios:

Sísar dijo...

Es la única columna entera que he leído hoy. Me ha sorprendido vértela publicada. Una excelente reflexión sin entrar en tecnicismos. Brillante.

xesús lópez fernández dijo...

Hoxe hai moitos artículos, brillantes nalgún caso.
Con ZP de sparring resulta doado.
¡Pena de oposición!
¿Cómo te atopas na distancia?