martes, 2 de diciembre de 2008

AGUIRRE E PEPIÑO BLANCO, de novo

Montoro, La Razón. Tallas equivalentes.
Puebla. ABC. A manipulación ideolóxica dos medios.
Montoro, La Razón. A crisis do ladrillo, máis fonda do que parece.
martínmorales, ABC. ¿Qué pasa, é xa toda España a que está en fase de deconstrucción?
Esteban, en La Razón. O PP é Aznar. Aznar o nemigo a batir.
Caín, La Razón. Navidades negras.

Pontevedra, 2.12.2008

Entrada n.734 do blog

Aguirre e Pepiño Blanco, de novo,
por Xesús López Fernández

Non é por comparare ós persoaxes, que non teñen comparanza. E contra a vasura que algús intentaron botar sobre a noticia da salvación da presidenta da Comunidade de Madrid, as cousas foron debidamente aclaradas, incluso hoxe en CNN+, por medio das declaraciós feitas por Arturo Fernández, importante empresario e presidente de CEIM, que estivo con Esperanza Aguirre en Bombay.

O entrevistador deixoulle cae-la pergunta sobre a actuación de Aguirre, o que sirveu pra que o home deixase debidamente aclarado que, cando todos estaban salvos, foron eles precisamente os que conminaron a Aguirre pra que collese o avión do último vóo regular e que ela, naturalmente, podería ser un nemigo a batir.

Aínda se nota no país unha certa néboa de noxo deixado polas declaraciós de Pepiño Blanco e outros, ademáis da falta de elegancia por parte de ZP.

Nada, que este goberno, incapaz de gobernare, que se declara amigo dos islamitas ó abeiro da súa Alianza de Civilizaciós, non acaba de comprender que a obra de Barceló na sede da ONU en Xenebra non tivo nengún efecto benéfico sobre o talibanismo radical, que a recibeu co maior dos desprecios. E parece que tampouco sobre os líderes musulmáns moderados, que tamén reclaman Al-Andalus.

Pero sigue un artículo de César Vidal, que novamente descubre outra figura con raíces franquistas no colectivo socialista español, concretamente Ignaci Guardáns, neto dun financieiro do Alzamento Nacional contra o goberno do Frente Popular.

O artículo de César Vidal, esclarece o prólogo de chistes de Montoro , Esteban e Caín, de La Razón, e de martínmorales e Puebla, en ABC.

EL FANTASMA Y LA CULPA,
por César Vidal

2.12.2008, en La Razón.

En su época de madurez, el comediógrafo Plauto estrenó en Roma una comedia titulada «Mostellaria». La obra contaba la divertida historia de un joven calavera y desvergonzado que aprovechaba la ausencia de su padre para llevarse a casa a una esclava con la que entregarse a los placeres del lecho. Cuando más entretenido se hallaba con la muchacha, se producía el retorno del progenitor.

Temiendo ser descubierto y castigado por su conducta disoluta, el joven inventaba que en la casa se había asentado un fantasma y que, por lo tanto, lo más prudente era que su padre no entrara en ella. Libertino, embustero, irrespetuoso con quien le había engendrado, la comedia de Plauto lanzaba un juicio sobre él afirmando que «nada es más miserable que el ánimo del hombre consciente de su pecado». La aseveración ponía así el dedo en la llaga de una de las claves que nos permiten entender las motivaciones más hondas del corazón humano.

Me ha venido a la memoria «Mostellaria» al escuchar las declaraciones de algunos políticos al referirse a la supervivencia de Esperanza Aguirre en medio de los atentados islámicos de Bombay.

En buena lógica, la matanza debería de haber provocado unas reacciones muy concretas. Por supuesto, tendría que haber originado una condena contundente del gobierno de ZP afirmando su voluntad de combatir el terrorismo islámico en cualquier frente y, por supuesto, también la alegría por el hecho de que sus compatriotas -incluida Esperanza Aguirre- se hubieran salvado.

Sin embargo, las reacciones -de Ignaci Guardáns a José Blanco, pasando por Mar Moreno- han sido mezquinas y ruines y en su mayoría se han dirigido a atacar a la presidenta de la Comunidad de Madrid que, al parecer, cometió el grave pecado de salir viva.

Personalmente, me cuesta no ver en todo ello el vómito de una conciencia que se sabe culpable. ¿Cómo no iba a atacar a Esperanza Aguirre Ignaci Guardáns, que persiguió a la COPE en el Parlamento europeo y que parece no haber asimilado que es nieto de alguien que financió en 1936 a Franco para alzarse contra el gobierno del Frente Popular? ¿Cómo no iba a sumarse José Blanco, conocedor de que su partido se lanzó al suelo el 23-F en el Congreso, se valió del terrorismo relacionado con el 11-M, huyó de Irak y llamó a la deserción de la lucha contra el terrorismo a otras naciones? ¿Cómo no iba a unirse Mar Moreno, que sabe sobradamente cómo ZP intenta estrangular económicamente a Madrid? ¿Cómo no iba incluso ZP a sumirse en el silencio cuando quienes han cometido los asesinatos son aquellos con los que se ha negado a enfrentarse desde la vergonzosa salida de Irak y con los que sueña en anudar su absurda Alianza de Civilizaciones? Y, finalmente, ¿cómo no iba a producirse también un silencio, a gritos de los dirigentes musulmanes -supuestamente moderados-, que no han pronunciado una sola palabra de condena contra la violencia de sus correligionarios en Bombay?

Si bien se mira, todos y cada uno se han comportado como cabía esperar y es que, detrás de todas estas conductas, da la sensación de hallarse una culpabilidad nacida de haber actuado de manera indigna, tan indigna que, a diferencia de lo sucedido en la obra de Plauto, ni siquiera la aparición de un fantasma serviría para ocultarla.

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