ZP. Abandono de deberes. Capaz de levarse todo por dediante antes que dimitir, como lle están a pediren os da Plataforma das Clases Medias. Dibuxo de Montoro, en La Razón, 15.02.2009. ZP asimilado a un Nerón contemporáneo.
José María Marco, autor do traballo presentado nesta entrada, publicado en La Razón, 14.02.2009. O PSOE, dende que Aznar anunciou a súa retirada, está volcado na cacería do que consideraba o seu nemigo.
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Pontevedra, 15.02.2009
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Entrada n. 831 do blog.
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Convén ir alegrado un pouco o blog, inserire artículos de primeiras firmas como este d´agora, de José María Marco, El Ruebo Ibérico, unha instantánea do país en fase de liquidación pola mala xestión dos políticos señoritos, dos políticos como aristocracia expansiva que dí Enrique de Diego.
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José María Marco, autor do traballo presentado nesta entrada, publicado en La Razón, 14.02.2009. O PSOE, dende que Aznar anunciou a súa retirada, está volcado na cacería do que consideraba o seu nemigo.
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Pontevedra, 15.02.2009
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Entrada n. 831 do blog.
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Convén ir alegrado un pouco o blog, inserire artículos de primeiras firmas como este d´agora, de José María Marco, El Ruebo Ibérico, unha instantánea do país en fase de liquidación pola mala xestión dos políticos señoritos, dos políticos como aristocracia expansiva que dí Enrique de Diego.
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EL RUEDO IBÉRICO,
José María Marco, 14.02.2009
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La catastrófica situación económica española requeriría, como ha apuntado el Grupo de Estudios Estratégicos (GEES) una estrategia encaminada, primero, a reducir los impuestos para que animen el ahorro. Segundo, a introducir reformas que incentiven la contratación y la movilidad de las personas que quieren trabajar (y de aquellas que tal vez así estarían dispuestas a hacerlo). Tercero, a reducir gastos y barreras inútiles, basados en supersticiones ideológicas como las que atañen a la energía nuclear. Cuarto, suprimir el superlujo de un gasto público que un país con una economía en caída libre no puede soportar (mientras el Estado contribuye a la destrucción de empleo no cumpliendo con sus acreedores, se jacta de financiar un bienestar ficticio y unas ayudas precarias). Por desgracia, no son éstas las prioridades de nuestros gobernantes. El PSOE, desde que Aznar anunció que se retiraba, está dedicado a la cacería, no sólo política, del que considera su enemigo. En este acoso, cualquier cosa vale, como sabemos bien desde el 11 M. Estos días hemos asistido al penúltimo acto de ese proyecto. Ha sido la montería y las cenas del ministro de Justicia y el juez estrella de la Audiencia Nacional. Lo que se ha escenificado es el desprecio que los gobernantes españoles y la judicatura sienten por un instrumento básico de la democracia liberal, como es la división de poderes. Y no han encontrado mejor forma de hacerlo que repetir la misma escena en la que se han complacido siempre los caciques españoles. Bermejo y Garzón se van de montería, como Romanones en Guadalajara, para sus enjuagues políticos. Léanse algunas escenas del Ruedo Ibérico de Valle-Inclán. Se entiende así que nuestros dirigentes se nieguen a emprender cualquier reforma. Si lo hicieran, no podrían seguir con ese ritmo de vida. La solidaridad, el Estado de bienestar y los programas de ayuda que no dejarán fuera, según la retórica al uso, a ninguna persona necesitada, tienen por principales beneficiarios a los señoritos que hablan de las ¿cosas del campo? los fines de semana, mientras cazan muflones. Nos están cazando a nosotros.
La catastrófica situación económica española requeriría, como ha apuntado el Grupo de Estudios Estratégicos (GEES) una estrategia encaminada, primero, a reducir los impuestos para que animen el ahorro. Segundo, a introducir reformas que incentiven la contratación y la movilidad de las personas que quieren trabajar (y de aquellas que tal vez así estarían dispuestas a hacerlo). Tercero, a reducir gastos y barreras inútiles, basados en supersticiones ideológicas como las que atañen a la energía nuclear. Cuarto, suprimir el superlujo de un gasto público que un país con una economía en caída libre no puede soportar (mientras el Estado contribuye a la destrucción de empleo no cumpliendo con sus acreedores, se jacta de financiar un bienestar ficticio y unas ayudas precarias). Por desgracia, no son éstas las prioridades de nuestros gobernantes. El PSOE, desde que Aznar anunció que se retiraba, está dedicado a la cacería, no sólo política, del que considera su enemigo. En este acoso, cualquier cosa vale, como sabemos bien desde el 11 M. Estos días hemos asistido al penúltimo acto de ese proyecto. Ha sido la montería y las cenas del ministro de Justicia y el juez estrella de la Audiencia Nacional. Lo que se ha escenificado es el desprecio que los gobernantes españoles y la judicatura sienten por un instrumento básico de la democracia liberal, como es la división de poderes. Y no han encontrado mejor forma de hacerlo que repetir la misma escena en la que se han complacido siempre los caciques españoles. Bermejo y Garzón se van de montería, como Romanones en Guadalajara, para sus enjuagues políticos. Léanse algunas escenas del Ruedo Ibérico de Valle-Inclán. Se entiende así que nuestros dirigentes se nieguen a emprender cualquier reforma. Si lo hicieran, no podrían seguir con ese ritmo de vida. La solidaridad, el Estado de bienestar y los programas de ayuda que no dejarán fuera, según la retórica al uso, a ninguna persona necesitada, tienen por principales beneficiarios a los señoritos que hablan de las ¿cosas del campo? los fines de semana, mientras cazan muflones. Nos están cazando a nosotros.
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