martes, 11 de septiembre de 2007

A TERRA SEN O HOME, 11.9.07

Pontevedra, 11.9.07

Reiteramos noticia xa pendurada no blog, procedente de La Vanguardia. Desta volta é o periódico El Mundo o que a matiza.

¿Qué pode pasar se o home desaparece? ¿Vai quedar aliviada a Terra ou, pola contra, eramos un elemento necesario? O que é certo é que o home esqueceu o seu papel de administrador e, coa súa crecente perda de intelixencia, pode ser que, despois da súa andaina, a Terra, agradecida, siga xirando ó redor do Sol, xerando novas vidas .

UN 'BEST-SELLER' EN ESTADOS UNIDOS


La Tierra sin el hombre

EL MUNDO, lunes 10/09/2007 10:27 (CET)

CARLOS FRESNEDA (Corresponsal) NUEVA YORK.-


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imagen de Belchite, localidad abandonada y arrasada hace 70 años.

Más fascinante aún que aquel ejercicio de imaginación que proponía John Lennon es este otro urdido por el divulgador científico Alan Weisman y afrontado con el máximo rigor: imaginemos el mundo sin humanos... ¿Cuántos años tardaría la Tierra en recuperar su equilibrio? ¿Qué quedaría como vestigio de nuestro paso por el planeta? ¿Quién intentaría ocupar nuestra posición dominante?

A todos estos enigmas intenta responder The World Without Us (El mundo sin nosotros), el libro que está golpeando la conciencia ecológica de los estadounidenses y se ha convertido en el último best-seller de divulgación científica. Lejos de explorar los efectos apocalípticos del cambio climático, Weisman especula con una desaparición repentina de nuestra especie, sin quedarse con una causa concreta, y se asoma a ese futuro poshumano con un ojo analítico, poco proclive al drama o al mea culpa.

En ocasiones, sin embargo, el autor se deja traicionar por su corazón humano y se cuestiona con nostalgia: "¿Es posible que, en vez de suspirar con gran alivio biológico, el mundo sin nosotros nos acabe echando de menos?".

Al cabo de tres años de investigación, decenas de entrevistas con científicos y viajes constantes –desde África a la Amazonia, pasando por Chernobyl, Cappadocia, Chipre, Polonia, Corea del Sur, Yucatán, Houston, Arizona y el Bronx– Weisman asegura no haber encontrado la respuesta a la pregunta del millón: "Las plantas añorarían seguramente la música de Beethoven, y muchas especies nos agradecerían haber dejado los puentes, otra de las maravillas creadas por el ser humano.

Ahora bien, ¿la Tierra en su conjunto nos echaría en falta? Habría que poner en una balanza la destrucción y la creación causada por el hombre... Prefiero dejar esa cuestión en el aire". En ausencia de la especie humana, habría que esperar milenios para que la naturaleza recuperara "la pureza preindustrial". Tyler Volk, profesor de Física Atmosférica de la Universidad de Nueva York, vaticina en El mundo sin nosotros que los océanos harían una cura rápida de 1.000 años en cuanto dejáramos de quemar combustibles fósiles. Pero el planeta, advierte, tardaría la friolera de 100.000 años "en volver a los niveles prehumanos de dióxido de carbono".

El retorno de los árboles

Despobladas las ciudades y abandonadas las granjas (las vacas y los animales domésticos acabarían corriendo nuestra misma suerte), los árboles reclamarían su espacio en bastante menos tiempo. Alan Weisman viaja hasta el último bosque primario de Europa, el Bialowieza Puszcza de Polonia, constata el grosor imponente de los robles de 500 años y estima, apoyándose en los expertos, que eso es lo que tardaría en reforestarse el planeta sin la presión humana.

Los desastres ecológicos serían inevitables tras nuestra marcha, y no sólo como consecuencia del cambio climático. El legado más caliente del ser humano sería el de las centrales nucleares. Según Weisman, el destino seguro de las 441 plantas nucleares existentes sería el sobrecalentamiento. Unas se incendiarían, otras se fundirían. La naturaleza emplearía también varios siglos en limpiar estragos como los causados por la industria petrolera en las plataformas y en las refinerías del Golfo de México.

La plaga de los plásticos tendrían muy ocupados a los mares, "pero eventualmente los microbios encontrarían la manera de destruirlos", afirma Weisman. "Los humanos nos vamos a extinguir finalmente: no hay razón para pensar que somos diferentes a otras especies", advierte el paleobiólogo Doug Erwin, en una de las incursiones más inquietantes de El mundo sin nosotros, la que hace repaso a las grandes extinciones del pasado. "Pero la vida continuará, y seguirá evolucionando a mejor, estemos nosotros o no".

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